En química, una base fuerte es una sustancia que tiene una alta capacidad para aceptar protones (iones H+) en una reacción ácido-base. Las bases fuertes se caracterizan por disociarse completamente en solución acuosa, liberando una alta concentración de iones hidróxido (OH-).
Cuando una base fuerte se disuelve en agua, se separa en sus iones constituyentes y está casi completamente ionizada. Esto significa que prácticamente todas las moléculas de la base se convierten en iones hidróxido (OH-) y están disponibles para aceptar protones. Las bases fuertes tienen una constante de disociación ácida (Ka) muy grande, lo que indica que la reacción de disociación es muy completa.
Algunos ejemplos de bases fuertes comunes son el hidróxido de sodio (NaOH), el hidróxido de potasio (KOH) y el hidróxido de calcio (Ca(OH)2). Estas sustancias liberan una gran cantidad de iones hidróxido en solución acuosa y tienen una alta capacidad para neutralizar ácidos.
En una solución de una base fuerte, la concentración de iones hidróxido es alta y domina la acidez de la solución. Estos iones hidróxido reaccionan con los iones hidrógeno (protones) de los ácidos, formando agua y reduciendo la acidez de la solución.
Las bases fuertes son ampliamente utilizadas en la industria y en el laboratorio para reacciones químicas, neutralización de ácidos, ajuste del pH y como reactivos en diversas síntesis químicas. Su capacidad de aceptar protones de manera eficiente y completa los hace valiosos en numerosos procesos químicos.